Lunes 19 de Febrero
Si lo que vas a decir no es mas bello que el silencio: mejor no lo digas
Afirman los científicos más famosos del mundo que la parte
de nuestro cuerpo con mayor peligro es la lengua, a pesar de ser tan inofensiva
aparentemente. Esta se caracteriza por ser imprudente y además le gusta estar
muy desconectada de nuestro cerebro en otras palabras se quiere mandar sola.
Nosotros como jefe de ella debemos manipularla y no dejar
que sea ella quien nos manipule porque puede traer muchas repercusiones a
nuestras vidas. Las palabras que salen de nuestra boca muchas veces son armas
mortales que destruyen vidas y hablo precisamente de destruir físicamente, si
no moral y emocionalmente. Debemos cuidar cada palabra que sale de nuestra
boca, por muy mínima que sea, debemos pensar muy minuciosamente antes de
hablar.
La palabra de Dios se refiere a la lengua como un veneno mortal
capaz de destruir un castillo de murallas muy fuertes. Hablando como cristiana
y conocedor de la palabra De Dios sé el terrible castigo que le espera a las
personas que se dejan controlar por su lengua, aprendí por medio de la
escritura que se debe guardar silencio en gran parte del tiempo porque no
sabemos cómo, ni en qué momento podemos herir a los demás con nuestras
palabras, el proverbio Árabe “ si lo que vas a decir no es más bello que el
silencio: mejor no lo digas” es muy cierto desde mi punto de vista, porque el
silencio es la voz del corazón, y si lo que vamos hablar no edifica mejor
cierra tu boquita y dile a Dios que tome el control de tu lengua.
Si tomas este concejo serás muy feliz y no tendrás
problemas con nadie, ya que cuando te pidan opiniones con respecto a algo o alguien
sabrás como manejar la situación y no entrar en discordia con tal persona,
ahora no creas que debes quedarte callado en todo momento porque esa no es la
idea, pero cuando no hay la necesidad de hablar no se hace y punto. En lo
personal el tema de la lengua representaba una lucha en mi vida debido a que
siempre estaba buscando el escenario con tal de estar moviendo dicho miembro y
pues para mi punto de ver en aquel entonces era lo mas de normal y las personas
que me rodeaban eran de la misma colada, gracias al cielo pude tener claridad
un poco más afondo el peso que tiene juzgar y criticar una persona, estamos
tomándonos un trabajo que solo le corresponde a Dios y obvio no soy el más
callado y si es una constante lucha con este órgano del cuerpo conocido
vulgarmente como “la sin hueso” pero
estoy dando lo mejor de mí por mantenerme callado y hablar con los demás lo
necesario.
NOTA: Recuerda que las
palabras que no edifican contaminan.
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